Investigación en Juventudes:
Vol. 11, Núm. 1, 2024
Revista del Consejo de la Persona Joven
ISSN: 2215 4442
Páginas: 2-19
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Profesional en Estadística, Consejo de la Persona Joven, San José, Costa Rica, xlopez@cpj.go.cr.
Caracterización de las personas jóvenes fuera de la fuerza de trabajo
según la Encuesta Continua de Empleo 2023
Characterization of young people outside the labor force according to
the Continuous Employment Survey 2023
Xiomara López Matamoros1
Esta investigación tiene el objetivo de caracterizar a las personas jóvenes que están fuera de la fuerza de
trabajo a partir de la Encuesta Continua de Empleo 2023. Se delimitó la población de estudio en tres grupos:
15 a 24 años, de 25 a 35 años, y 36 os o más. Se procesó la información de la población en edad de
trabajar y la población fuera de la fuerza de trabajo, a partir de cuatro bases de datos trimestrales y se
obtuvieron los datos anuales mediante un promedio simple. Los resultados mostraron que el 38,7% de la
población fuera de la fuerza de trabajo son personas jóvenes, mayoritariamente son mujeres, y el grupo de
25 a 35 años representaron el 80,8%. En todos los grupos de edad esta población tenía un nivel educativo
inferior al de la población en edad de trabajar; con menores accesos a la tecnología y a la conectividad,
limitándoles las posibilidades de acceder al mundo del trabajo. De este análisis se concluye la importancia
de que el Estado brinde las condiciones necesarias a las personas jóvenes fuera de la fuerza de trabajo para
lograr una inserción laboral que les permita mejorar su condición económica y su calidad de vida para el
bienestar de ellos y sus familias. Por tanto, se propone analizar a esta población por sexo y grupos de edad
para entenderla y buscar soluciones adecuadas a cada una de sus necesidades.
Palabras clave: Persona joven; Empleo; Empleabilidad, Fuera de la fuerza de trabajo; Mercado laboral.
This research aims to characterize young people who are outside the labor force based on the 2023
Continuous Employment Survey. The study population was delimited into three groups: 15 to 24 years old,
25 to 35 years old, and 36 years or older. Information on the working-age population and the population
outside the labor force was processed from four quarterly databases and annual data were obtained using a
simple average. The results showed that 38.7% of the population outside the labor force are young people,
the majority are women, and in the 25 to 35 years old group they represented 80.8%. In all age groups this
population had a lower educational level than the working-age population; with less access to technology
and connectivity, limiting their possibilities of accessing the world of work. From this analysis we conclude
the importance of the State providing the necessary conditions to young people outside the labor force to
achieve a job insertion that allows them to improve their economic condition and quality of life for the well-
being of themselves and their families. Therefore, it is proposed to analyze this population by sex and age
groups to understand it and find appropriate solutions to each of its needs.
Keywords: Young person; Employment; Employability, Outside the workforce; Labor market.
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INTRODUCCIÓN
La emergencia sanitaria de la COVID-19 deja secuelas en todos los aspectos de la vida
cotidiana, y el mercado laboral no fue la excepción, en la actualidad a nivel mundial existen altos
niveles de informalidad y de pobreza en las personas trabajadoras. De acuerdo con la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), centenares de millones de personas carecen de acceso a un empleo
remunerado.
Las personas empleadas a menudo están desprovistas de protección social y no pueden
ampararse en los derechos fundamentales en el trabajo, debido a que trabajan
mayoritariamente en situación de informalidad o no disponen de cauces para expresar sus
intereses a través del diálogo social. La distribución de los ingresos es muy desigual, de
modo que muchos trabajadores no consiguen salir de la pobreza. Las perspectivas del
mercado de trabajo son inicuas, no solo entre países, sino también dentro de un mismo país.
Las diferencias entre hombres y mujeres están presentes en todos los ámbitos del mundo
laboral, y los jóvenes tropiezan con dificultades específicas. (OIT, 2023, p.11)
Las cifras resultan aún más desfavorables en el caso de las mujeres y las personas jóvenes,
lo que pone de manifiesto grandes desigualdades en los mercados de trabajo de muchos países; la
OIT (2023) agrega que, “En el mundo actual, dos tercios de los trabajadores jóvenes carecen de
competencias básicas, circunstancia que coarta sus oportunidades laborales y los obliga a aceptar
formas de empleo de menor calidad(p. 16).
La evolución del mercado laboral en el caso de Costa Rica luego de la pandemia, hasta en
el tercer trimestre del 2022 se logra alcanzar por primera vez el nivel de empleo que se tenía en el
2019, sin embargo, este no es sostenido y, a inicios del 2023 se reduce la cantidad de personas
ocupadas (Meneses et al., 2023 p.11).
Luego del fuerte impacto en materia de empleo y producción que causó la pandemia por
COVID-19, cuyos efectos iniciaron en el segundo trimestre del año 2020 y se extendieron
hasta el primer trimestre del año 2021, es a partir del segundo trimestre de ese año cuando
se empiezan a registrar cifras netas positivas de puestos de trabajo con respecto al año
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anterior (gráfico 1). El efecto rebote se mantuvo durante el 2022, con cifras que fueron
hasta tres veces mayores al promedio de los tres años previos a la pandemia. Sin embargo,
el efecto rebote empezó a desacelerarse a partir del segundo trimestre del año 2022 e
incluso se revirtió en el primer trimestre del año 2023, cuando se registra nuevamente una
pérdida neta con respecto al año anterior de aproximadamente 3.000 puestos de trabajo.
(Meneses et al., 2023 p. 11)
De acuerdo al Programa Estado de la Nación (PEN, 2022), entre los cambios estructurales
que genera la pandemia a partir del segundo trimestre del 2020, disminuye el número de personas
que buscan trabajo remunerado, y aumenta la cantidad que dejaron de buscar empleo; este cambio
repercute en la tasa de desempleo, puesto que una baja en este indicador no necesariamente es
explicada por un efecto directo en el empleo, sino que también se da por una menor cantidad de
personas en la fuerza de trabajo, tal y como sucedió en la pandemia (p. 98).
La figura 1 muestra esta evolución del mercado laboral, donde se aprecia un fuerte aumento
de las personas desempleadas al inicio de la pandemia y una reducción sostenida a partir del 2021;
como se puede apreciar esa disminución no se ve traducida en un crecimiento de la población
ocupada en la misma magnitud, por lo que parte de la reducción del desempleo se explica por un
aumento en las personas que no participan en el mercado laboral.
La figura 2 ilustra lo que en empleo se llama la condición de actividad que considera la
clasificación de las personas de 15 años o más en edad de trabajar en dos ámbitos generales, por
un lado, la población en la fuerza de trabajo y la población fuera de la fuerza de trabajo. La
población fuera de la fuerza de trabajo son aquellas personas de 15 años o más que no estuvieron
ocupadas en la semana de referencia y que en las cuatro semanas anteriores a la entrevista no
realizaron ningún tipo de gestión de búsqueda para conseguir un trabajo. Esta población se divide
en personas disponibles y no disponibles.
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Figura 1
Costa Rica: Evolución del mercado laboral 2019 - 2023
Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Continua de Empleo, INEC
La población fuera de la fuerza de trabajo disponible, son las personas que están disponibles
para trabajar, pero no buscaron trabajo porque piensan que no van a encontrarlo, y se les denomina
como “desalentadas” (INEC, 2012, p. 25).
Entre las personas inactivas disponibles para trabajar se distinguen dos categorías:
La población fuera de la fuerza de trabajo disponible y desalentada: considera a la persona
que está disponible para trabajar, sin embargo, se cansó de buscar, piensa que no hay
trabajo en la zona, el lugar donde trabaja está cerrado temporalmente, o bien, espera otra
época para trabajar porque sabe que en esta no hay, entre otras razones (p. 26).
La población fuera de la fuerza de trabajo con interés para trabajar, pero con impedimento
personal: son las personas que tienen deseos de trabajar, pero tienen impedimentos, tales
como: enfermedad o accidente que originó una discapacidad temporal, la asistencia a algún
centro de enseñanza cuyo horario es incompatible con un posible empleo (p. 26).
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Y por último la población fuera de la fuerza de trabajo no disponible, que son aquellas
personas que no desean trabajar, no están disponibles, ni buscaron trabajo en el periodo de
referencia. En este grupo se encuentran los que no desean trabajar, las personas mayores o con
discapacidad permanente, con obligaciones familiares, las personas que estudian y las que tienen
razones personales, o bien, prefieren hacerlo en otro momento o época ((INEC, 2012, p.26).
Figura 2
Condición de actividad de la población
Fuente: Elaboración propia.
La presente investigación tiene el objetivo de caracterizar a las personas jóvenes que están
fuera de la fuerza de trabajo a partir de la Encuesta Continua de Empleo (ECE) 2023. Esta es
realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), y tiene el propósito de
proporcionar información sobre los principales indicadores del mercado costarricense desde el
2010.
De acuerdo con Meneses et al., 2023 la población joven (15 a 34 años) y las mujeres tienen
una desventajosa inserción en el mercado laboral; la pandemia los impactó más fuerte que a sus
contrapartes, personas adultas y hombres (p.19).
De acuerdo con la Ley General de la Persona Joven N°8261 y sus reformas, en su artículo
2, se indica que la edad de las personas jóvenes va desde los 12 a los 35 años, es una población
heterogénea que se encuentra en etapas muy diferentes y con características particulares; son
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sujetos de derechos y gozarán de todos los inherentes a la persona humana garantizados en la
Constitución Política y en los instrumentos internacionales (Asamblea Legislativa, 2002, p. 4).
Además, la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes reconoce su derecho a gozar
y disfrutar de todos los derechos humanos, y dentro de los “derechos económicos, sociales y
culturales” se encuentran: el derecho a la salud integral, a la educación, al trabajo, a la vivienda, a
la protección social, entre otros (Asamblea Legislativa, 2007, p. 5).
En términos de políticas públicas de juventudes es importante caracterizar a esta población
que no está buscando trabajo, con el fin de generar acciones que le permita contar con las
condiciones adecuadas para que puedan tener una inserción laboral y encontrar un empleo decente,
que les genere un ingreso justo, satisfacción en el desarrollo personal, integración social, así como
las posibilidades de expresión de sus ideas y opiniones, igualmente que existan las posibilidades
de organizarse y participar en las decisiones que afectan sus vidas (CPJ, 2020, p. 55).
Para el desarrollo del artículo se presenta la metodología utilizada; seguidamente se
describen los principales resultados de la Encuesta Continua de Empleo 2023, y finalmente se
presenta el apartado de discusión.
METODOLOGÍA
Se utilizaron los datos de la Encuesta Continua de Empleo del 2023, elaborada por el
Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), específicamente las bases de datos en línea
disponibles mediante el Programa Acelerado de Datos
2
. Esta es una investigación estadística que
recolecta información trimestralmente sobre la población ocupada, desocupada y aquella que se
encuentra fuera de la fuerza de trabajo en Costa Rica. Su diseño es probabilístico, estratificado,
bietápico de conglomerados y replicado. La población de estudio la conforman las personas
residentes en el país que habitan en viviendas individuales ocupadas y excluye a la población que
habita en viviendas colectivas.
2
El Programa Acelerado de Datos (PAD) es una Herramienta informática estandarizada para documentar bases de
datos bajo normas de calidad y comparabilidad internacional, que pone a disposición de los usuarios y las usuarias la
información estadística y metodológica para su correcto uso e interpretación, además de fomentar la transparencia
técnica.
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Para este trabajo sobre la Caracterización de las personas jóvenes fuera de la fuerza de
trabajo según la Encuesta Continua de empleo 2023, se procedió a delimitar la población de
estudio en tres grupos: la población joven en los rangos de edad de 15 a 24 años; aquella de 25 a
35 años, y la población adulta de 36 años o más.
Para cada una de las cuatro bases de datos, se procesó la información de la población en
edad de trabajar y la población fuera de la fuerza de trabajo para caracterizar la distribución de
cada población por sexo, grupos de edad, nivel educativo y conocimiento de un segundo idioma;
luego se realizaron cruces de variables por sexo y grupos de edad para: la condición de actividad,
la tasa de no participación laboral, la población fuera de la fuerza de trabajo disponible y la no
disponible, detallando para estas dos últimas las razones por las cuales podrían estar disponibles o
no para trabajar. Luego de realizados todos los procesamientos, para obtener los datos anuales de
todas las variables analizadas, se procede a obtener el promedio simple de la información
procesada de cada base de datos trimestral (ver Anexo).
RESULTADOS
De acuerdo con la Encuesta Continua de Empleo, al cierre del 2023, la población joven de
15 a 35 años fue de 1.587.745 personas, y representó un 38,2% de la población de 15 años o más
en edad de trabajar. La distribución por grupos de edad del total de personas de 15 años o más en
edad de trabajar fue de un 18,3% de personas jóvenes entre los 15 y 24 años; un 19,9% los que se
encontraban entre los 25 a 35 años y el 61,8% los mayores de 36 años.
Como se aprecia en la figura 3, aproximadamente un 47,6% de las personas jóvenes tenía
secundaria incompleta o menos, el 26,5% secundaria completa y el 25,9% contaba con estudios
universitarios. Al analizar los dos grupos de edad de personas jóvenes, las diferencias encontradas
se dan por la existencia de un grupo importante de personas entre los 15 a 24 años que se
encontraba todavía dentro del sistema educativo formal (51,7%) y, por otro lado, en la posibilidad
que la mayoría de las personas jóvenes entre los 25 a 35 años hayan concluido la educación
secundaria y cuenten algunos con estudios universitarios (31,8%). En comparación con la
población adulta se puede observar que las personas jóvenes de ambos grupos de edad tenían un
mejor nivel de instrucción. El 65,4% de las personas adultas tenían secundaria incompleta o
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menos, el 12,9% secundaria completa y un 21,8% estudios universitarios. Se observó que a mayor
rango de edad es menor el nivel educativo que tenían las personas.
Figura 3
Costa Rica: Nivel educativo de la población en edad de trabajar por grupos de edad. 2023
Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Continua de Empleo, INEC
Meneses et al (2023) afirman que tener competencias y más conocimientos son ventajas
para que las personas se empleen, e indica que, un año extra de educación aumenta la probabilidad
de conseguir un empleo en 2,4 puntos porcentuales (p.p.), cuando una persona domina un segundo
idioma su probabilidad es 5 p.p. mayor en relación con las que solo hablan español, y la mayor
ventaja la obtienen las personas que tienen conocimiento en el uso de la tecnología, pues la
probabilidad de conseguir empleo aumenta en 15 p.p. en relación con las que no la usan (p.18).
El 12,1% de las personas jóvenes indicaron que hablan y escriben fluidamente un segundo
idioma, siendo el inglés la principal lengua indicada por el 96,6% y el francés por el 2,2%.
Mientras que, solo el 6,1% de las personas adultas mencionan que hablan y escriben un segundo
idioma y el inglés representa el 91,5%. Dentro del grupo de edad de 15 a 24 años el 11,7% habla
un segundo idioma y el 12,5% de los jóvenes entre los 25 a 35 años lo hablan, el inglés el idioma
más mencionado.
El uso de las tecnologías de información se ha vuelto fundamental en todas las actividades
en las que se desarrollan las personas y adquiere una gran relevancia en el mercado laboral; se
34%
6%
18%
48%
25%
45%
26%
18%
18%
29%
24%
13%
23%
20%
32%
22%
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Primaria o menos Secundaria incompleta Secundaria completa Universitaria
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analizan los datos sobre acceso a diferentes dispositivos en los últimos 3 meses que provee la
Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), (INEC, 2023)
3
. Existe un 4% de personas jóvenes que
no han utilizado el internet, un 3% no ha utilizado un teléfono celular, y un 2% de las personas
jóvenes no ha tenido acceso a ningún dispositivo (celular, internet, tabletas, computadora portátil
o de escritorio), se pone de manifiesto la brecha digital que todavía persiste, la cual los deja sin la
posibilidad de obtener puestos de trabajo más calificados, al no contar con las habilidades y
competencias en el manejo básico de herramientas tecnológicas que se requieren en el mundo
laboral.
Personas fuera de la fuerza de trabajo
La población fuera de la fuerza de trabajo en el 2023 fue de 1.852.122 personas, de las
cuales el 38,7% eran personas jóvenes (644.870). Por grupos de edad el 25,5% correspondió a
personas jóvenes entre los 15 a 24 años, el 9,3% a personas jóvenes entre los 25 a 35 años, y las
personas adultas representaron el 65,21% (las personas de 65 años o más eran el 43,5%).
Las personas fuera de la fuerza de trabajo mayoritariamente eran mujeres, cuyo porcentaje
fue del 64,5%; al interior de los grupos de edad constituían mayoría y tenían un mayor peso en el
grupo de 25 a 35 años (80,8%) y en los adultos (68,4%).
De acuerdo con el PEN (2022) la tasa de no participación, que representa a la población
fuera de la fuerza de trabajo, captura una parte importante de la dinámica laboral; en los momentos
más duros de la pandemia se observó un aumento en este índice, pues las personas dejaron de
buscar trabajo. Esta tasa disminuyó cuando las restricciones sanitarias se relajaron, y aumentaron
a finales del 2021 e inicios del 2022. Esto parece indicar que, después del golpe inicial de la
pandemia, algunas personas entraron nuevamente al mercado laboral pero no encontraron trabajo,
se desalentaron y volvieron a salir (p. 98).
3
Se utiliza la ENAHO debido a que la información sobre el uso de las tecnologías de información no está disponible
en la ECE.
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La tasa de no participación laboral
4
fue de 44,6%, ha aumentado desde mediados del 2022
5
;
por grupo de edad correspondió a un 62% para las personas jóvenes entre los 15 a 24 años, un
20,8% entre las personas jóvenes de 25 a 35 años y para la población adulta representó el 47,1%.
Existen diferencias importantes entre sexos, las tasas más altas se presentaron para las edades entre
los 15 a 24 años, la de los hombres era de un 57,7%y para las mujeres el 62,1%; para las edades
entre los 25 a 35 años ambos sexos mostraron las tasas más bajas hombres (7,7%) y mujeres
(35,1%).
En relación con el nivel educativo de las personas fuera de la fuerza de trabajo (figura 4),
el 40,9% tenía primaria completa o menos, el 27,3% secundaria incompleta, el 14,9% secundaria
completa y un 16,9% estudios universitarios. Las personas adultas tenían los niveles educativos
más bajos ya que el 57,5% poseía primaria completa o menos, el 14,9% secundaria incompleta; un
11,6% secundaria completa y un 16% estudios universitarios.
De las personas jóvenes entre los 15 y 24 años, el 62,9% tenía secundaria incompleta o
menos, 19,7% secundaria completa y un 17,4% educación universitaria. Y dentro de las personas
jóvenes de 25 a 35 años, un 54,1% solo secundaria incompleta o menos, el 24,4% secundaria
completa y un 21,4% universidad.
Si se compara el nivel educativo de la población fuera de la fuerza de trabajo (figura 4) con
el de la población en edad de trabajar (figura 3), se puede observar en todos los grupos de edad
que tienen un nivel educativo inferior al de la población en edad de trabajar.
4
Porcentaje de la población que se encuentra fuera de la fuerza de trabajo, con relación a la población en edad de
trabajar.
5
Como se puede apreciar en la Figura 1
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Figura 4
Costa Rica: Nivel educativo de la población fuera de la fuerza de trabajo por grupos de edad.
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Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Continua de Empleo, INEC
Un 9,9% de las personas jóvenes fuera de la fuerza de trabajo indicaron que hablan un
segundo idioma, el 95,6% mencionan el inglés y el 2,6% francés. En tanto que, solo el 3,3% de
las personas adultas mencionan que hablan y escriben un segundo idioma y el inglés representa el
86,9%. Por grupos de edad el de 15 a 24 años el 11,5% lo hablan y únicamente el 5,7% de los
jóvenes entre los 25 a 35 años lo hablan.
De acuerdo con la ENAHO, en los últimos tres meses, el 6% de personas jóvenes no han
utilizado internet, el 5% no ha tenido acceso a un teléfono celular, y un 4% no ha tenido acceso a
ningún dispositivo, la brecha digital es mayor para las personas jóvenes fuera de la fuerza de
trabajo.
Personas no disponibles para trabajar
Las personas no disponibles correspondieron a 1.764.472 personas y representan el 95,3%
de la población fuera de la fuerza de trabajo, de las cuales el 34,4% eran personas jóvenes
(606.648). Su distribución por grupos de edad es la siguiente: un 25,7% eran personas jóvenes
entre los 15 a 24 años, el 8,7% eran personas jóvenes entre los 25 a 35 años, y las personas adultas
41%
4%
25%
57%
27%
59%
29%
15%
15%
20%
24%
12%
17%
17%
21%
16%
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representaron el 65,6%.; esta distribución es similar al total de la población fuera de la fuerza de
trabajo.
Por sexo la población no disponible para trabajar estaba compuesta por 1.140.885 mujeres
(64,7%) y 623.588 hombres (35,3%). Por grupos de edad las mujeres representaron un 48,6%, en
la población entre los 15 a 24 años, el 81,6% entre los de 25 a 25 años y el 68,7% para la población
adulta.
Es importante indicar las razones por las cuales esta población no busca trabajo, dado que
es muy heterogénea y se encuentra en diferentes etapas de la vida; para el análisis, se desglosan
los grupos de edad y se detalla por sexo: las personas jóvenes entre los 15 y 17 años, tanto hombres
como mujeres, más del 94% mencionaron que por razones personales (estudio, viaje programado)
no lo busca, un 2,9% de los hombres podría pero en otro momento, y un 1% no desea trabajar. En
el caso de las mujeres un 1,5% indicó que por obligaciones familiares (atender casa, niños u otras
personas) y un 1% no desea trabajar.
En el grupo de edad de 18 a 24 años el 82,3% de los hombres indicó que por razones
personales (estudio, viaje programado), un 8% podría, pero en otro momento y un 5% por
discapacidad permanente; las mujeres mencionaron por razones personales (estudio, viaje
programado) el 68,3%, un 22,3% por obligaciones familiares (atender casa, niños u otras personas)
y un 5,5% podría en otro momento.
En el caso de las personas jóvenes entre los 25 a 35 años, las principales razones para los
hombres constituyeron: 40,7% por razones personales (estudio, viaje programado), para el 24,4%
por discapacidad permanente y para el 13,8% por enfermedad. Para las mujeres el 75% indicó que
por obligaciones familiares (atender casa, niños u otras personas) y para el 4,1% por discapacidad
permanente.
Personas disponibles para trabajar
La población disponible con limitaciones o desalentada fue de 87.649 personas y
representaron el 4,7% de la población fuera de la fuerza de trabajo, de las cuales el 43,6% eran
personas jóvenes (38.222). Por grupos de edad el 21,9% eran personas jóvenes entre los 15 a 24
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años, el 21,7% eran personas jóvenes entre los 25 a 35 años, y las personas adultas representaron
el 56,4%.
Por sexo, la población disponible con limitaciones o desalentadas estaba compuesta por
53.216 mujeres (60,7%) y 34.433 hombres (39,3%). Por grupos de edad las mujeres representaron
un 46,1% para la población entre los 15 a 24 años, el 74,3% entre los de 25 a 25 años y el 61,1%
para la población adulta.
Al indagar entre las personas jóvenes fuera de la fuerza de trabajo disponibles si hubieran
encontrado trabajo la semana anterior a la entrevista, si podrían empezar a trabajar en ese momento
o a más tardar en dos semanas: el 39,9% indicó que podría sin ninguna restricción, esto es
mencionado por el 43,5% de los hombres y el 37,4% de las mujeres; un 60,1% podría con ciertas
condiciones laborales (de horario, lugar, u otra), para los hombres este porcentaje representó un
56,5% y un 62,6% para las mujeres.
Entre las personas jóvenes que indicaron tener alguna restricción para trabajar, en el caso
de los hombres de 15 y 17 años, las principales razones mencionadas son: el 35,6% indica que, por
asistir al centro de enseñanza, un 27,7% piensa que no le dan trabajo por razones como: edad, sexo,
raza, discapacidad, u otro, y un 19,2% tiene restricciones por obligaciones personales. Asimismo,
las mujeres de 15 a 17 años el 40,8% indicaron por obligaciones personales, el 26,2% por asistir a
un centro de enseñanza y un 21,1% por razones como: edad, sexo, raza, discapacidad, u otro
En el grupo de edad de 18 a 24 años, los hombres indicaron limitaciones por asistir al centro
de enseñanza, el 28,5%, un 21,1% por obligaciones personales y un 14,2% se cansó de buscar
trabajo; las mujeres mencionaron por asistir al centro de enseñanza el 33,8%, un 27,7% por
obligaciones familiares y un 18,8% por obligaciones personales.
De los hombres jóvenes entre los 25 a 35 os, un 24,5% indicó restricciones por
enfermedad o accidente, un 15,9% se cansó de buscar trabajo y un 11,6% mencionó que no hay
trabajo en la zona. En el caso de las mujeres el 50,5% inditiene obligaciones familiares y un
10,3% por asistir a un centro de enseñanza.
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Revista del Consejo de la Persona Joven
ISSN: 2215 4442
Páginas: 2-19
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DISCUSIÓN
A cuatro años de la peor crisis vivida a nivel mundial, marcada por grandes desigualdades
que desfavorecen a algunos sectores de la economía sobre otros, principalmente a los más
vulnerables, se observa una disminución en la población desempleada, la cual no está siendo
absorbida por la población ocupada ya que esta última también muestra reducciones importantes
a través del tiempo. Parte de esa reducción del desempleo se explica por el incremento que ha
tenido la población fuera de la fuerza de trabajo. Como lo indican Meneses et al., 2023, al ser
una crisis de empleo tan prolongada, el desaliento y la frustración alargan el reingreso de la
población fuera de la fuerza de trabajo a intentar ser nuevamente parte de la población laboral (p.
21), provocando que sean poco a poco expulsados del mercado de trabajo.
En síntesis, la población joven que no está buscando trabajo representa el 38,7% del total
de personas fuera de la fuerza de trabajo; mayoritariamente son mujeres, y en el grupo de 25 a 35
años representaron el 80,8%. En todos los grupos de edad esta población tenía un nivel educativo
inferior al de la población en edad de trabajar; el 90% no habla ni escribe un segundo idioma que
los pone en desventaja con el resto de la población joven; tienen un menor acceso a la tecnología
y a la conectividad, limitándoles las posibilidades de acceder al mundo del trabajo. El 35,5% de
las mujeres no pueden trabajar remuneradamente o al menos buscar activamente un empleo debido
a sus responsabilidades familiares (representa el 75% para las mujeres entre los 25 a 35 años). En
los hombres esta razón representa un 1,3%.
En materia de empleo las personas jóvenes y las mujeres siguen mostrando desventajas
debido a las altas tasas de desempleo, a salarios más bajos y a situaciones de informalidad; según
Meneses et al., 2023 la población joven (15 a 34 años) y las mujeres, tienen 24 y 39 puntos
porcentuales menos de probabilidad de conseguir empleo en comparación con las personas adultas
(mayores de 35 años) y los hombres, respectivamente (p. 18). Si a esta situación se le agrega un
nivel educativo bajo, el desconocimiento de un segundo idioma o pocas competencias
tecnológicas, como es el caso de las personas fuera de la fuerza de trabajo, las posibilidades de
reinserción laboral van disminuyendo aún más.
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El gran número de mujeres en edad productiva fuera de la fuerza de trabajo destaca la
importancia de aprovechar lo que se conoce como el “bono de género”, ya que la economía
costarricense tiene un grupo de mujeres en edad productiva que están teniendo dificultades para
insertarse en el mercado laboral y la principal barrera para este acceso se explica porque
socialmente tienen las cargas del trabajo no remunerado del hogar, como el cuidado de hijos e
hijas, o de otras personas. Al analizar la información presentada se observa que conforme aumenta
la edad de las mujeres las obligaciones familiares van teniendo un mayor peso. Es necesario
indicar que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo las mujeres dedican el doble
de horas al trabajo doméstico no remunerado respecto a los hombres (INEC, 2022).
Es necesario diseñar políticas que logren que las mujeres puedan contar con las condiciones
necesarias que les permitan ingresar al mercado laboral, como, por ejemplo: la creación de ofertas
de servicios públicos y privados de apoyos de cuido que les permitan vincularse al mundo del
trabajo. Otorgar subsidios gubernamentales para las familias de las personas jóvenes y una
ampliación de la cobertura de las redes de cuido. Además, buscar un cambio cultural a largo plazo,
desarrollando programas educativos que fomenten la corresponsabilidad entre los miembros del
hogar a edades muy tempranas.
La sociedad costarricense está envejeciendo y la población adulta requiere servicios de
salud y cuido especializados, este cambio demográfico puede convertirse en una fuente de trabajo,
y con la creación de programas de capacitación para la profesionalización de los servicios de cuido
a largo plazo, para impulsar la creación de empleos formales de calidad y por otro lado que exista
un sistema estatal de apoyo financiero (para el cuido informal) dirigido a aquellas mujeres que se
dedican al cuido de algún miembro de la familia.
En la actualidad la economía costarricense demanda mano de obra cada vez más calificada,
por lo cual contar con competencias y más conocimientos puede ser ventajoso para que las
personas jóvenes se empleen y cuenten con mejores salarios y condiciones laborales. El Estado
debe incorporar políticas de educación y empleo que ofrezcan alternativas de formación para el
amplio grupo de personas fuera de la fuerza de trabajo que tienen un bajo perfil educativo.
Además, debe buscar cerrar las brechas digitales de acceso a la tecnología y a la conectividad, con
una alfabetización digital que promueva el uso responsable de las tecnologías de la información;
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ampliar el acceso a los dispositivos, a las tecnologías y a la infraestructura digital es fundamental
para apoyar a todas las personas jóvenes en su aprendizaje y participación en un mundo cada vez
más digitalizado de acuerdo con las necesidades del mercado laboral.
De acuerdo con la Política Pública de la Persona Joven, el trabajo decente implica la
oportunidad de las personas jóvenes de tener un empleo que genere un ingreso justo y satisfacción
en el desarrollo personal (CPJ, 2020, p. 155). Se reitera la importancia de brindar las condiciones
necesarias a las personas jóvenes fuera de la fuerza de trabajo para lograr una inserción laboral
que les permita mejorar su condición económica y su calidad de vida para el bienestar de ellos(as)
y sus familias.
Pasar de ser parte de la población desocupada a la población fuera de la fuerza de trabajo
es fácil, ya que no siempre es sencillo seguir buscando trabajo y estar disponible para aceptar un
empleo con poca anticipación. Cuando la búsqueda de empleo es difícil y desalentadora, las
personas empiezan a tener obstáculos y disminuye “su disponibilidad para la ocupación”, por lo
que las personas desempleadas pueden abandonar la desocupación e incorporarse a la población
fuera de la fuerza de trabajo desalentada. Es de suma importancia que existan estudios específicos
para esta población o que la Encuesta Continua de Empleo cuente con un módulo que permita
indagar si la población fuera de la fuerza de trabajo ha tenido alguna experiencia laboral y la fecha
de su último empleo como se hace con la población desempleada, para medir ese punto de inflexión
en el cual la persona pasa de ser desocupada (buscar trabajo) a estar fuera de la fuerza de trabajo
(dejar de buscarlo). Además, se debe desmitificar que las personas fuera de la fuerza de trabajo
no quieren trabajar, sino más bien que han sido expulsados debido a los períodos largos de
inactividad y existen razones por las cuales no buscan trabajo, como es el caso de las mujeres por
las obligaciones familiares o el caso de las personas jóvenes entre los 15 y 24 años debido al
aumento de los años de escolarización que retrasa su vinculación al mundo laboral o la falta de
experiencia que también les pasa factura. Además, se debe tomar en cuenta que la población de
Costa Rica está envejeciendo y prueba de esto es el porcentaje de personas fuera de la fuerza de
trabajo mayores de 65 años. Por lo que es importante analizar a la población fuera de la fuerza de
trabajo por sexo y grupos de edad para entenderla y buscar soluciones adecuadas a cada una de sus
necesidades.
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REFERENCIAS
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Ley N° 8261 y sus reformas. Publicada en La Gaceta 95 del 20 de mayo del 2002.
Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica. (2007). Convención Iberoamericana de
Derechos de los Jóvenes, Ley 8612. Publicada en La Gaceta N ° 231 del 30 de noviembre
del 2007.
Consejo Nacional de la Política Pública de la Persona Joven. (2020). Política Pública de la
Persona Joven 2020-2024. Recuperado de Política Pública de la Persona Joven 2020-2024
- CPJ
Instituto Nacional de Estadística y Censos. (s.f.). Programa Acelerado de datos INEC. Catálogo
Central de Datos (inec.cr)
Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2012). Encuesta Continua de Empleo: Métodos y
procedimientos. Recuperado de meecemetodos_01.pdf (inec.cr)
Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2022). Encuesta nacional de uso del tiempo 2022:
principales resultados. Recuperado de reENUT2022_0.pdf
Meneses K., Morales M. y Segura R. (2023). Situación del mercado laboral de Costa Rica en 2022
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Costa Rica en 2022 e inicios 2023
Organización Internacional del Trabajo. (2023). Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo.
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Programa estado de la Nación. (2022). Informe Estado de la Nación; no 28. Recuperado de
Informe Estado de la Nación 2022
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Anexo
Total en edad
de trabajar
P. Joven
15 a 24
años
P. Joven
25 a 35
años
P. Adulta 36
o más
Población en edad de trabajar (15 años
o más)
4 151 099 760 382 827 363 2 563 354
Sexo
Hombre 2 081 657 421 409 430 335 1 229 913
Mujer 2 069 442 338 973 397 028 1 333 441
Zona
Urbana 3 046 376 544 519 600 857 1 901 000
Rural 1 104 723 215 863 226 506 662 354
Población ocupada 2 093 945 215 975 585 767 1 292 204
Sexo
Hombre 1 314 354 138 967 359 616 815 771
Mujer 779 591 77 008 226 151 476 432
Población fuera de la fuerza de trabajo 1 852 122 472 461 172 409 1 207 252
Sexo
Hombre 658 021 243 229 33 070 381 721
Mujer 1 194 101 229 232 139 339 825 531
Zona
Urbana 1 339 875 335 212 110 573 894 090
Rural 512 246 137 249 61 835 313 162
Nivel educativo
Primaria o menos 757 712 20 646 43 413 693 653
Secundaria incompleta 506 480 276 711 49 944 179 825
Secundaria completa 275 407 93 024 42 074 140 309
Universitaria 312 523 82 080 36 978 193 465
Disponibilidad
No disponible para trabajar 1 764 472 453 228 153 420 1 157 825
Disponible con limitaciones o desalentada 87 649 19 233 18 989 49 428
Tasas
Tasa de ocupación 50,4% 28,4% 70,8% 50,4%
Sexo
Hombre 63,1% 33,0% 83,6% 66,3%
Mujer 37,7% 22,7% 57,0% 35,7%
Tasa de no participación laboral 44,6% 62,1% 20,8% 47,1%
Sexo
Hombre 31,6% 57,7% 7,7% 31,0%
Mujer 57,7% 67,6% 35,1% 61,9%
Zona
Urbana 44,0% 61,6% 18,4% 47,0%
Rural 46,4% 63,6% 27,3% 47,3%
2,4% 2,0% 8,9% 0,2%
Porcentaje
Nivel educativo
Primaria o menos 40,9% 4,4% 25,2% 57,5%
Secundaria completa 27,3% 58,6% 29,0% 14,9%
Secundaria incompleta 14,9% 19,7% 24,4% 11,6%
Universitaria 16,9% 17,4% 21,4% 16,0%
Disponibilidad
No disponible para trabajar11/ 95,3% 95,9% 89,0% 95,9%
Disponible con limitaciones o desalentada12/
4,7% 4,1% 11,0% 4,1%
Indicadores generales
Total 2023